STUDIO ANGEL CORREA

Técnica y materiales

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Técnica mixta en lienzo 100% algodón, café microfiltrado en polvo, agua destilada, acuarela, témpera, acrílico, anilina, tinta, colorante de alimentos, medio acrílico y barniz

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Descripción de la obra

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Esta obra fue inspirada por Sebastián y la canción con la cual lo identifico: "Ay Amor", año 2016, Interpretada por Los Angeles Azules, grupo musical mejicano. Estas son algunas líneas de la letra: "Te quiero mucho, te amo tanto, tanto, que mi vida la pongo a tus pies. Te quiero mucho, te amo tanto tanto, que mi alma está vacía sin tu amor. Ay amor, como viste en mi corazón, tanto amor, que te da este humilde servidor".

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El hombre joven, 18 a 21 años de edad, bien parecido, con apariencia saludable, cuerpo atlético, ojos de cielo, bien dotado, con actitud de siempre disponible y que te dice cosas en público que te halagan y luego te hacen soñar despierta... Es la descripción que dan algunas mujeres sobre este hombre que, al igual de atractivo y sexy, también es inmaduro, el rechazado por los padres de familia que lo mantienen alejado de sus hijas.

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"Sebastián? Esa joyita..." Descrito por Carlota la solterona. El muchacho bello que sabe que es atractivo, pero no da señales de serlo, que no actúa como un vanidoso a primera vista, que aparenta tener un interés desmedido en las mujeres, que las saluda con un tono musical y alegre, el que les sonríe y tiene palabras halagadoras en su boca para ellas; en esa boca capaz de vertir hechizos y mentiras sobre la imaginación de las mujeres para seducirlas, el hombre capaz de encarcelarlas en el deseo desmedido de ser poseidas luego de besarlo.

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El típico dolor de cabeza para una mujer que se siente sola y necesita de amor, el que irradia encanto y tiene siempre muchas amigas, que solo quiere sexo rápido, variado, corto e intenso, que se relaciona con pocos hombres y se siente inseguro con ellos; el mismo que se le aparece en la noche a una recien conocida, a quien nunca le preguntará detalles sobre su vida íntima, a quien siempre le sacará excusas para planear una salida juntos.

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En Colombia llamamos a este tipo de hombre gallinazo, "el que le coquetea a todas y que si le dan chance, es el que con todas se acuesta; el furor de las discotecas, el que baila y te estrecha entre sus brazos, bajando las manos para tocarte por delante y por detrás; el que te acerca completamente a su cuerpo para que sientas la firmeza de su erección contra tu piel; el que fuma, bebe aguardiente y luego te besa para dejarte rendida a sus pies, ahogada con la emoción del sabor de su boca y la textura lubricante de su saliva, robándote el aliento descaradamente en frente de los demás, excitada y palpitante... El veneno que te embriaga y luego te mata con dolores de placer", como lo define mi prima Anunciación.

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El que todas las mujeres que conoce lo aceptan en la intimidad sin condones, el mismo que no se corre dentro para evitar que lo cojan con un embarazo, pues ninguna será la dueña de su libertad, el que querrá estar con todas para satisfacerlas pero con ninguna para vivir con ella. Una especie de criatura lujuriosa y salvaje, adicta al sexo, que no puede ser rastreada, que no puede ser atrapada y que se alimenta de la inocencia y la pasión reprimida de las mujeres que lo conocen, que podrán tenerlo sólo una vez, para tener que verlo partir indiferente luego de un orgasmo intenso y precipitado.

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El hombre que se mete en problemas en el vecindario, al que los padres de familia continuamente le hacen reclamos por abusivo, por atreverse a dañar la reputación de "la niña" de la casa. Sebastián el que es tan bien parecido, tan pinta, tan buenmozo como los galanes de fotonovela, que crean a su alrededor dramas de telenovela, con  relaciones sentimentales basadas en el egoismo y en la búsqueda del placer, superficiales, sin la habilidad para mantenerlas; un personaje bonito por fuera, pero desajustado por dentro.

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Sebastían es la representación del hombre que huye incansablemente, que se enrola en el ejército para lucir un uniforme que lo hará más irresistible y atractivo que a cualquier otro. El mismo que un día regresa en cuatro tablas, llorado por su familia, con los honores de un veterano, el que reposará en su tumba con la foto de portada de fotonovela, la más bonita en el cementerio, donde todas las que lo amaron y luego lo odiaron vienen a traerle flores al escondido, en secreto, estampando un beso de te quiero en su lápida.

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El mismo del cual las muchachas hablarían en "La Última Lágrima", luego de ordenar una botella de aguardiente para compartirla y tomársela entre todas, para hablar de lo mala persona que era, pero de lo bueno que estaba.