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"Fernando, arrastrándose entre espinas sin amor"
Sudario 12 - Parte Frontal
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"Fernando, arrastrándose entre espinas sin amor"
Sudario 12 - Parte Trasera
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"Fernando, arrastrándose entre espinas sin amor"
Sudario 12 - Pieza Completa

“Fernando, arrastrándose entre espinas sin amor”

Sudario 12 - 2019

Técnica mixta en lienzo

105 x 450 cm

por Angel Correa

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Técnica y materiales

Técnica mixta en lienzo 100% algodón, café microfiltrado en polvo, agua destilada, acuarela, témpera, acrílico, anilina, tinta, colorante de alimentos, medio acrílico y barniz

Descripción de la obra

Esta obra fue inspirada por Fernando y la canción con la cual lo identifico: “Uno”, tango fundamental, año 1943, interpretada por Roberto Goyeneche, cantante argentino. Estas son algunas líneas de la letra: Uno, busca lleno de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias... Sabe que la lucha es cruel y es mucha, pero lucha y se desangra por la fe que lo empecina... Uno va arrastrándose entre espinas y en su afán de dar su amor, sufre y se desangra hasta entender: Que uno se ha quedao sin corazón".

En Colombia temenos la influencia profundamente marcada de la ranchera mejicana y del tango argentino, dos géneros que definen nuestra tradición musical por décadas. No importa la edad que tengas, es algo familiar para ti, parte de tu vida cotidiana, de tus creencias y de la forma en la cual ves el mundo o te expresas por lo que te sucede, lo que sientes, por eso  que quieres guardar o sacar de tu corazón. Esta tradición musical ha ido y se ha pasado de generación en generación combinada con los ritmos autóctonos colombianos como la salsa, el vallenato y la cumbia. Es por eso que los dramas de la vida y la muerte, el amor y el odio, la bondad y la maldad están enmarcados por una canción que recoge los sentimientos y las emociones similares a los de tu historia particular, personal, pública o privada.

La música tiene la cualidad de modificar nuestros estados emocionales, el estado de ánimo, oscilando siempre entre la tristeza y la alegría, para reducirnos el estrés, hacernos sentir mejor o probablemente peor. Para mí y mis amigos cuando nos reunimos, la música y las letras de las canciones que escuchamos nos transmiten las sensaciones que nos unen más, que nos brindan mayor entendimiento sobre lo que es la vida, sobre lo que estamos viviendo o hemos tenido que aprender a vivir. Descubrí con el paso de los años que es importante aprender a seleccionar la música que escuchas, explorar otros géneros, otros idiomas, creencias e interpretaciones de la realidad, por más que la memoria te invite a revolcarte de placer en la nostalgia musical.

No es extraño ver a un hombre de 23 años como Fernando escuchando los tangos que escuchaban su padre y su abuelo en casa, identificándose con ellos, con la pasión a través de la cual un tango te absorbe hasta ponerte el corazón en la mano, obligándote sensualmente a mirar directamente tu pena o tu felicidad, tu drama personal, tus relaciones afectivas, tus recuerdos y también tus sueños.

Fernando es el hombre atormentado por el amor, debatiéndose entre dos mujeres, Carolina "la maldita" que le robó el corazón como la definía a través de los insultos Daniela, "la diabla" que pretendía ganarse su corazón con la exhuberancia de su belleza, según Caro, ofreciéndole el placer que puede enloquecer a cualquiera, la pasión del sexo. Este hombre estuvo evadiendo con la música y como miembro de la policía nacional, la traición de Carolina, la novia desleal que decidió fugarse con el hijo del Dr Pompilio Varón para irse a vivir con él a Miami, rompiendo su corazón para siempre.

Calvo desde muy joven, pero velludo tipo gorila, con unas piernas de futbolista y un trasero firme que le brindaban como un aire de robot al caminar, era la sensación con su uniforme verde puesto, "platanote" como le gritaban en la calle, no solo por molestarlo sino como un cumplido para reconocer lo bueno que estaba, lo atractivo que era. Cuando lo recuerdo veo sus ojos y una sonrisa esquiva llenos de melancolía; un hombre joven que con el paso del tiempo se convirtió en una persona uraña, de temperamento fuerte y reputación de intenso, experto en tangos y bebedor de whisky como su padre.

La gente recibió con mucho pesar la noticia de su muerte abaleado durante el ayanamiento a "una cocina", la casa donde un grupo de personas estaba depurando coca, procesando coca, una actividad de alto riesgo practicada por narcotraficantes. Durante el entierro Daniela gritaba que iba a matar a Carolina, por haberle destrozado el corazón al que ella consideraba era el hombre de su vida, negando que el seguía perdidamente enamorado de la otra.

Este Sudario fue empapado con los colores del tango de una vida llena de traición y ausencia, pero especialmente de la melancolía y la pasión de Fernando, del sangrado de sus emociones y las heridas abiertas de sus sentimientos arrastrándose entre espinas.

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