"Vicente, el hombre que le dió la cara al sol"
Sudario Naranja - Parte Frontal
"Vicente, el hombre que le dió la cara al sol"
Sudario Naranja - Parte Trasera
"Vicente, el hombre que le dió la cara al sol"
Sudario Naranja - Pieza Completa
“Vicente, el hombre que le dió la cara al sol”
Sudario Naranja - 2019
Técnica mixta en lienzo
105 x 450 cm
por Angel Correa
Técnica y materiales
Técnica mixta en lienzo 100% algodón, café microfiltrado en polvo, agua destilada, acuarela, témpera, acrílico, anilina, tinta, colorante de alimentos, medio acrílico y barniz
Descripción de la obra
Esta obra fue inspirada por Vicente y la canción con la cual lo identifico: “Y Por Tanto”, balada, año1966, interpretada por Charles Aznavour, cantante francés. Estas son algunas líneas de la letra: "Yo sé muy bien que un día yo despertaré y para mí el sol no brillará, el amor que te di, no será ya tu amor. Por mi bien, por mi bien y sin dolor ni llanto, yo me alejaré, derecho iré, sin ganas de volver, sin mirar para atrás, yo quisiera borrar tu mirar, tu besar y tu voz, mi amor".
Un hombre que rechaza su orientación sexual activará los mecanismos para defender a cualquier precio su imagen, su buen nombre; pues de esa manera podrá evadir la responsabilidad de mirar su historia de vida, sus necesidades afectivas, su pasado, presente y futuro, sin sufrir la crítica ni la condena, la verguenza de ser lo que verdaderamente es, de lo que le hace sentirse con vida, especialmente en los brazos o en la cama de otro hombre, haciendo el amor con otro hombre; amando y sintiendose amado por otro hombre.
Este Sudario es la historia de Vicente, quien dijo un día: afuera todo luce muy bonito, este armario es muy pequeño, me está consumiendo, me está ahogando, se está robando el color de mi vida, la luz de mis pensamientos, el brillo de mis sentimientos y de mis emociones, la esperanza de poder ser feliz como lo he soñado, de decirle a Armando que lo amo, que quiero caminar con el juntos tomados de la mano, en un lugar alejado de este pueblo, de esta gente a quien le he dado un lugar en mi corazón pero no me ama.
Es tiempo de salir a correr para tocar el horizonte a través del aire del mar que llegue a mi rostro, teniendo presente en mis planes y mi vida cotidiana a Armando, al hombre que me ha tendido su mano siempre, que abrió su corazón para mí y ha dicho que son dulces los tragos amargos que le brindé con mis temores, mi indiferencia, mi silencio sin explicaciones, rechazándolo aún delante de otros. Es tiempo del perdón por mi odio hacia lo que soy, hacia lo que me he negado a ser con plenitud, tiempo de libertad y comprensión de saber que no protagonizaré el mismo error de otros que murieron siendo infelices por hacer felices a otros.
Vicente, el hombre que salió de la tumba de su armario, cuando otros estaban convencidos de que nunca saldría para ver el sol, dejando la evidencia de su pasión estampada en la memoria de las tradiciones de su pueblo, de su familia que un día lo vió partir, pero con vida y de la mano de su amor, del amor de su vida, para ser feliz.
Por qué lo has hecho Vicente? Porque te amo, porque te necesito, porque no soy capaz de olvidarme de tu amor, por que no quiero perder la oportunidad de hacer de mi futuro una realidad contigo, porque prefiero decir que he vivido porque te tengo a mi lado y no porque te perdí, porque siempre me has hecho falta tú, porque no quiero ser atrapado por el fantasma de un amor declarado muerto por imposible, porque no quiero terminar consumido en las cenizas de la nostalgia, porque no quiero morir de tristeza por haberte dicho adios y luego desaparecer para consumirme en la rabia y el odio.
Y tú? Porque eres la luz de mis ojos Vicente.