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"Daniel, la voz del pueblo en Radio Nacional"
Sudario Rojo - Parte Frontal
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"Daniel, la voz del pueblo en Radio Nacional"
Sudario Rojo - Parte Trasera
"Daniel, la voz del pueblo en Radio Nacional"
Sudario Rojo - Pieza Completa
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“Daniel, la voz del pueblo en Radio Nacional”

Sudario Rojo - 2019

Técnica mixta en lienzo

105 x 450 cm

por Angel Correa

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Técnica y materiales

Técnica mixta en lienzo 100% algodón, café microfiltrado en polvo, agua destilada, acuarela, témpera, acrílico, anilina, tinta, colorante de alimentos, medio acrílico y barniz

Descripción de la obra

Esta obra fue inspirada por Daniel y la canción con la cual lo identifico: “Tengo Ganas De Ti”, balada del Album: Esos recuerdos tuyos, año 1975, interpretada por Claudia de Colombia, cantante colombiana. Estas son algunas líneas de la letra: Tengo ganas de ti, de la miel que hay en tus labios, de embriagarme en tu amor y dormirme entre tus brazos. Tengo ganas de ti esta noche que estoy sola, de sentir el calor que tiene cada noche cuando tú estás a mi lado".

Las fiestas infantiles secretas en la casa de Daniel fueron de las mejores que he podido tener en mi vida, de las mejores cuando era niño, un espíritu de alegría, dulzura y sensualidad lo envolvía cuando cantaba, cuando imitaba a Claudia de Colombia, algo que para los presentes fue siempre motivo de diversion, pues no recuerdo haber tenido entre nosotros alguna expresión de rechazo por lo que hacíamos, por la manera en que jugabamos. Daniel era La Voz del Pueblo, un programa donde realmente lo que escuchabamos eran la voces de los niños que éramos diferentes, expresándonos como figuras del espectáculo, como las divas de la canción colombiana, Emilse, Mariluz, Vicky, Claudia Osuna, Carmenza Duque, Lida Zamora, Isadora, Helenita Vargas, Angela y Consuelo, Las Hermanitas Calle y Greta, entre otras.

Ahora que miro al pasado sintiéndome complacido por haber vivido esta experiencia de niño puedo comprender el significado de lo que hacíamos. Estábamos manifestando nuestra capacidad de expresar sentimientos de amor por alguien, aunque niños, por un hombre, aprendiendo a expresarle amor a un hombre, pues la voz de Claudia de Colombia y la letra de sus canciones eran la manera en que una mujer mostraba sus sentimientos para la época, sus emociones cuando estaba enamorada; siendo nosotros mismos varones, pero eso era lo que hacíamos, y lo considerabamos algo bello, y soñabamos con conocer a Claudia algún día y cantar con ella, verla en la televisión, escucharla en la radio y en el tocadiscos de la casa. Aprendimos con ella y sus canciones sobre el amor bonito, la seducción, la necesidad de amar, de dejarse amar y ser "amada por un hombre", como ella lo decía.

En mi trabajo, desde el 2016 decidí darle un espacio a "La Voz del Pueblo, en Radio Nacional" como el juego que se inventó Daniel, y pintar para la Comunidad LGBT. Me prometí decir y hacer algo en cada colección de pinturas que cree, dibuje, pinte y exhiba, describiendo también figurativamente o de manera abstracta lo que le sucede a la Comunidad LGBTQ+ y que es digno de ser mencionado para que no se repitan actos de lesa humanidad contra nosotros, para mantenernos alerta y no dar la espalda, para que no nos cojan descuidados, como decía el profesor Taborda.

Me prometí también hablar sobre la vida de quienes hemos sido considerados como diferentes y excluibles por nuestra orientación sexual, comunicar sobre lo que nos ha sucedido a nosotros, a quienes  hemos vivido la discriminación, la intolerancia, la condena y el rechazo; para todas las víctimas de la violencia por discriminación sexual en diferentes partes del mundo, donde es considerado un delito y se castiga con pena de muerte; para  respetar y hacer honor a la memoria de todos los hombres que han muerto en actos horribles y repudiables de violencia, por ser quienes eran, por expresar su amor al otro siendo del mismo género, por mostrar abiertamente su esencia y su naturaleza como persona.

Este sudario está hecho con la voz desgarrada en belleza musical por un niño de 10 años de edad, que cantaba con la dulzura y la majestuocidad de una mujer perdidamente enamorada, necesitada y con ganas de darlo todo, Claudia de Colombia y sus canciones. El hombre del Sudario es el mismo que veíamos en los velorios, en las morgues, en el cementerio, el los periódicos, en las noticias de la televisión y que habían sido asesinados violentamente, que desaparecieron trágicamente del seno de muchas familias colombianas. Algunos de nosotros estabamos necesitados de la comprensión del padre, dolidos por el abandono del padre, confundidos por el rechazo del padre, mortificados por el temor al padre. Pero todos de alguna manera enamorados de la belleza de la vida, de los hombres, de los muchachos bonitos mayores que nosotros, de los mismos que algunas veces, desafortunadamente no volvimos a ver.

Algunos de nosotros aprendimos a hablar poéticamente, a gustar de las ideas filosóficas y artísticas de hombres muy especiales para la época, como en mi caso con el pintor colombiano Alejandro Obregón, a quien lloré bajo la mirada inquisitiva de mi madre el día que escuché en la radio la noticia sobre su fallecimiento, el hombre que me enseñó a volar y a sostenerme firme en las alas de sus cóndores para escaparme del caos en el cual estaba viviendo mi país; para aliviar mi malestar y mi confusión en momentos difíciles; qué ausencia tan grande, también a través de mí lo estuvo llorando un niño de seis años de edad que amó sus pinturas como Claudia de Colombia interpretando sus canciones; con la belleza que me inspiraban desde siempre.

Este es el Sudario de Daniel, exhibiéndolo para todos quienes lo están mirando aquí en el auditorio de "La voz del Pueblo, en Radio Nacional".

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